Un mártir

Kurt Eisner, periodista y escritor; Primer Primer Ministro del Estado Libre de Baviera

- Yg. 1925, No. 8 -

En el 21. Febrero [1925] han pasado seis años desde Kurt Eisner fue asesinado.

Quizás, no sé, habrá un momento en que este día se celebre en Alemania como un día de recuerdo.

Por supuesto que eso no sucede hoy. ¿Cómo deberías? Apenas los miembros del partido Los muertos conocerán la fecha a través de su prensa. En las mesas redondas burguesas, sin embargo, la gente escupe cuando se menciona el nombre; uno toma a su portador por un villano, un tipo mezquino, un traidor al país. Su asesino disfruta de la libertad y de la mejor estima, probablemente incluso tiene la conciencia tranquila, convencido de que ha eliminado una “plaga” judía. Como Haase, tales como landó, tales como Rosa Luxemburg.

Martirio. Vergüenza para los vivos, no para los asesinados. "Los que permanecen en silencio participan de la vergüenza". Es por eso que hoy aquí hay una palabra de respeto para Kurt Eisner.

No porque fuera un "gran hombre". Era un buen literato, pero un mal político. No mundano, poco práctico, sin conocimiento de la naturaleza humana, sin voluntad de poder. Creo que él mismo sintió eso; y nunca hubiera pensado Primer ministro bávaro querer, si, un mejor había estado allí.

Se sacrificó deliberadamente porque lo consideraba su deber. porque das él era: uno Carácter, Un hombre con el coraje de la verdad; uno que realmente tenía una actitud, una convicción que le ordenaba luchar contra la injusticia y la opresión; y el mandamiento de la conciencia era la directriz incondicionada contra la cual todas las demás consideraciones, y especialmente las relativas a la propia persona y familia, debían retirarse. No fue casualidad que fuera de 18 en ese momento Prisión, sin ningún beneficio para la parte superior de la Revolución de munich ocurrido.

Si hubiera muchos de esos hombres en la política alemana de hoy que, como Eisner, no preguntarían si tenían derecho a una pensión cuando asumieran un cargo, entonces ciertamente no sería el negocio de mala reputación que deberían ser acusados.

Nuestra tragedia: tenemos hombres con mucho carácter, pero no son políticos. Y tenemos políticos, pero con muy poco carácter. Falta la aleación correcta.

1925, 8 | Erich Schairer